La Ley de Atracción
¿De qué trata esta ley?
Cuando hablamos de magnetismo lo primero que nos viene a la mente son dos
imanes que se atraen o rechazan.
Pero hay también otro tipo de magnetismo regido por las mismas leyes, que
es el que generamos las personas con nuestros pensamientos. Dichos pensamientos
emiten una energía
vibratoria que funciona como si fuese una antena. Esta manda una frecuencia y
atrae exactamente otra vibración de la
misma frecuencia. El principio de la Ley de Atracción o Magnetismo, basado en la física cuántica, señala que
una energía emitida atraerá únicamente otra energía
melliza o igual.
Los pensamientos son disparadores de energía.
Aunque no podamos ver esa corriente con nuestros sentidos, ella existe y atrae
energía semejante todo el tiempo:
el 100% de las veces sin fallar. Es Ley Universal. Un pensamiento negativo
atraerá energía/circunstancias negativas y un
pensamiento positivo atraerá energía/circunstancias positivas. Cuando
sintonizamos la radio para escuchar música clásica, ésta envía una
señal y obviamente lo que
recibiremos como respuesta a nuestro mensaje energético es música clásica. Es la única
recepción posible. No escucharemos
Hip Hop, Tango o Rock’n Roll.
La vida se traduce de esa manera.
No hay forma de engañar o
quebrantar la Ley de Atracción. Ella
funciona en el Universo siempre de la misma forma: tanto en el caso de imanes,
como de pensamientos. Sean nuestros pensamientos positivos o negativos, sea
nuestra intención buena
o mala: la Ley de Atracción
continúa
actuando y respondiendo.
No somos víctimas. Cada evento que nos va
sucediendo cotidianamente forma
parte del magnetismo que generamos con nuestros pensamientos ya que somos seres
creadores y por ende concebimos la realidad que vivimos, lo cual nos hace 100%
responsables de donde nos encontramos hoy. Por supuesto que cuesta mucho entender
que uno sea responsable de trabajar para el jefe incompetente que tenemos, o de
vivir en un lugar que no nos gusta, o haber provocado la falta de esto o la
necesidad de aquello. ¿Cómo es que si uno tiene el poder de
crear lo que quiere, va a crear justamente lo que no le gusta? Lo primero que
se nos cruza por la cabeza es dejar de leer sobre la Ley de Atracción y la función que tienen nuestros pensamientos en
nuestra vida. Sin embargo no es recomendable desechar la importancia de esta
ley sin antes haber ahondado un poco más en
los fundamentos de la misma. Luego podremos decidir si la aplicación a la ley ad atracción no tiene ningún beneficio o por el contario
entenderemos el profundo y valioso mecanismo creativo con el que cada individuo
viene a esta vida y que la gran mayoría de
las personas desconoce. Démonos
la oportunidad de continuar descubriendo y aprendiendo el uso práctico y esencial que la Ley de
Atracción tiene en el ser humano.
-¿Sabemos que tenemos el poder
de crear nuestra realidad?
-¿Nos hemos percatado que
podemos hacerlo sin necesidad de depender de nada ni nadie?
-¿Conocemos el poder de los
pensamientos y la función que
nuestras emociones tienen en el proceso de crear la vida que soñamos?
Si nos detenemos unos minutos a observar con honestidad el tipo de pensamientos
que generamos y luego miramos nuestra vida es probable que encontremos
coincidencias.
Por ejemplo, Juan piensa:
“Es muy difícil ganar un buen sueldo. Las cosas
en la vida cuestan mucho y sin sacrificio no se logra nada. Yo trabajo duro y
no me quejo pero pienso que la vida es injusta y me debe el reconocimiento a mi
esfuerzo.”
Juan seguramente estará
generando una realidad donde no tiene un buen sueldo o si por el contrario gana
bien, no lo valora o no lo reconoce ya que su pensamiento lo expresa muy
claramente: “La vida es injusta y me debe…”
Juan ha creado: insatisfacción,
sacrificio, dificultades reales o imaginarias.
Tal vez alguien desde afuera crea que Juan está equivocado y su percepción de las circunstancias le indique que en la vida de Juan
no hay motivo para quejarse, pero eso es justamente una percepción y la percepción que sólo vale en la vida de Juan es la del mismo Juan, ya que él es el dueño/creador de sus pensamientos y por
ende de su vida.
Todo el tiempo tenemos la posibilidad de elegir. Estamos siempre generando nuestra realidad. El
cambio no sucede mágicamente
o de casualidad sino que uno mismo lo crea, seamos conscientes de ello o no.
Entender cómo funciona la Ley de Atracción es de gran ayuda ya que nos permite
comprender los mecanismos que usamos para manifestar lo que estamos viviendo
hoy. Si no nos gusta lo que vivimos podemos cambiarlo. La Ley de Atracción es simple y lapodemos aplicar ya.
Pensar y sentir genuinamente que somos los diseñadores de nuestra realidad nos pone en una posición activa y de responsabilidad ante la
vida que deseamos crear. Podemos cambiar lo que no nos gusta en forma
consciente cuando cambiamos la forma de pensar y por consiguiente nuestro
magnetismo. Ambos están íntimamente ligados. ¿Cómo se empieza a pensar diferente? A través de un proceso de creación consciente. El individuo debe
preguntarse:
- ¿Qué quiero vivir?
- ¿Qué deseo que me pase?
- ¿Qué quiero experimentar?
- ¿Qué tipo de trabajo ambiciono?
- ¿Qué cosas me gustan?
- ¿Qué tipo de pareja ó
de relaciones pretendo en mi vida?
Y sobre todo, la mayor pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué quiero
lo que quiero? Detente un minuto y respóndete
esa pregunta.
A veces pasamos tanto tiempo pensando, conversando, quejándonos o escribiendo sobre lo que no
nos gusta que nos olvidamos de aquellas cosas que desearíamos vivir. Nos cuesta más trabajo escribir una lista de lo
que queremos lograr en la vida, que de aquellas cosas que nos mantienen en un
estado de insatisfacción
constante y sobre las que irónicamente
hablamos y pensamos todo el tiempo.
Hay que empezar a visualizar lo deseado. Cada vez que pensemos en ello
estaremos mandando una señal, una
vibración. Para muchas personas este
paso es muy difícil de
aplicar ya que se encuentran limitadas por el concepto de escasez u otros
miedos.
Nota: recomendamos leer visualización>>>
Lamentablemente a muchos de nosotros se nos ha educado con la idea de que
vivimos en un mundo de escasez y
que la abundancia y lo bueno sólo le
suceden a los otros. Nuevamente seguimos
atrayendo lo que pensamos: escasez o la percepción de que vivimos en escases (no importa cuán buena sea nuestra situación económica).
El Universo es infinitamente rico y hay abundancia para todos. El individuo es
quien tiene mentalidad de escasez. Hay gente de dinero que vive miserablemente
y gente modesta que celebra y comparte un pedazo de pan, agradeciendo y
apreciando la abundancia en su vida. A la vez hay personas que viven felices y
han podido crear un balance donde el amor y la abundancia fluyen en todas sus
formas. El espectro es tan grande como habitantes en este planeta.
- ¿Qué es lo que uno desea?
- ¿Qué quiero y por qué?
- ¿Hacia dónde me están llevando mis pensamientos y
por ende mis acciones?
- ¿Qué siento cuando pienso en mi
vida?
- ¿Qué siento cuando pienso en el
presente, en este instante?
- ¿Qué siento cuando pienso en lo que
deseo?
- ¿Qué siento cuando pienso en mí?
- ¿Qué emociones evocan mis
pensamientos?
- ¿Siento dolor, angustia, rencor,
frustración,
odio, conformismo, alegría,
amor, esperanza, satisfacción,
éxito…?
- ¿La emoción que siento en este instante
está provocada por el
presente o por recuerdos del pasado?
Está
comprobado científicamente
que vivimos más del
95% del día en forma inconsciente o
automática. Esto se debe al poder
que tienen los hábitos
sobre nosotros, lo cual indica que la gran parte del día la vivimos de forma mecánica manejados por lo habitual/ las
costumbres/los hábitos.
Esther
Hicks, autora de “Pedid
que ya se os ha dado,” entre
otros grandes libros, define a los hábitos
como un mismo pensamiento que se repite y repite en el momento presente creando
siempre la misma realidad. Ella dice: ”Si
cambio el pensamiento, cambio el hábito.”
Tratemos entonces de llenar ese espacio automático de la rutina con hábitos/pensamientos nuevos que nosotros decidimos elegir
hoy, y liberémonos de las resistencias que
nos mantienen paralizados. La mayoría de
las personas vivimos pensando, recordando y repitiendo el pasado o proyectándonos a un futuro incierto,
olvidando que el presente es el único
punto de cambio porque es lo único
real con lo que disponemos. Todo nuestro poder y potencial está en el presente. Aquí. Ahora. Ya.
Nota: recomendamos leer Vivir el Presente>>>
Si el presente que vivo es un fiel reflejo de mi pasado es porque estoy
pensando todo el tiempo en el pasado y así recreándolo/repitiéndolo en este instante. Tal vez las
circunstancias y personas que nos rodean hoy son otras pero nuestras emociones
(miedos, ansiedades, frustraciones, limitaciones, complejos) son exactamente
las que experimentábamos
en el pasado y continuamos
sintiendo hoy.
Un pequeño giro en la forma de pensar
produce cambios. Es necesario enfocarnos en que queremos y por que lo queremos,
lo cual evocará una
emoción. Dicha emoción nos acercará o distanciará de lo que deseamos: me siento bien
(en cualquiera de sus formas y grados) me acerco a lo que quiero manifestar; me
siento mal (en cualquiera de sus formas y grados) me alejo de mi deseo. El “cómo” y “cuándo” se darán las cosas no nos corresponde a
nosotros manejarlo ni decidirlo. El Universo/ Dios /Ser Superior es quien sabe
la mejor forma y el momento indicado para manifestar lo que deseamos.
Estar atentos es nuestra función. Estemos atentos a las nuevas ideas
que nos vienen a la cabeza o a las situaciones que se presentan. Por ejemplo:
yendo al almacén me
encuentro casualmente con la persona que trae una solución a mi problema o recibo el llamado
que esperaba. El “cuándo” y “cómo” manifestar lo que deseo me lleva a querer manejar las
situaciones externas que están mas
allá de mi control y eso va
justamente en contra de la Ley de Atracción, la
cual alienta el fluir con la vida, CONFIANDO que todo está bien y merezco lo que anhelo.
“Cuando” y “como” se
manifestará lo que pido está en manos del Universo. La función de uno es saber que es lo que
queremos y porqué.
Quiero cambiar pero le temo al cambio:
Quizás a nivel consciente creemos
que estamos listos a permitirnos pensar que es lo que deseamos pero nuestro
subconsciente envía a la
vez pensamientos limitados o contradictorios originados por el miedo al cambio,
al futuro o a lo desconocido. Es como pensar: “Si pero no.”
Resultado: “Estancamiento”
Por ejemplo:
“Quiero ser feliz pero no creo
que eso me pase.”
“Quiero encontrar al hombre de
mis sueños pero no creo que exista.”
Es esencial entender que dos pensamientos concontradictorios nos mantienen estáticos: no hay avance. Una vez
esclarecido este punto es más fácil sentarnos a meditar y pensar que
es lo que realmente queremos atraer a nuestra vida.
Nuestras resistencias son un gran obstáculo a vencer. Es posible lograrlo
pero hay que saber identificarlas.
El entusiasmo a dejar de fumar, beber, empezar una dieta, tratar mejor a nuestros
hijos o conyuge se diluye cuando las resistencias de cada uno de nosotros empiezan a tomar lugar. Ellas
pue- den ocupar tanto
espacio que hasta llegan a ensombrecer el nuevo camino que deseamos tomar
disfrazándose de “gran amiga”.
Nota: recomendamos leer “Soy mi
propia piedra en mi camino”>>>
Las resistencias producen confusión,
miedo, enojo, impaciencia… Ellas
justifican nuestras decisiones erróneas y nos mantienen como si hubiésemos caído a un pozo con arena movediza:
tenemos la sensación de
movimiento pero estamos totalmente atrapados. Creemos que cambiamos de rumbo
pero todo sigue igual, estamos siempre en el mismo lugar.
La vida es una creación
constante y tener conocimiento sobre la ley de Atracción ayuda
a aquellos que seguimos atrapados en la repetición de lo que no queremos vivir. Muchas personas pasan sus días sin ser conscientes del rol protagónico que tienen en la vida que viven
y se pierden en una rutina
gris y derrotista, olvidando
que ellas mismas pueden cambiarla pues, ¡Ellas
la han creado!
Una persona que se siente desesperada porque la circunstancia que vive no es la
que desea y piensa que no va a poder salir de ella, tiene la gran posibilidad
de revertir esa situación si
entiende que su manera de pensar atrajo esa realidad y que cambiando sus
pensamientos puede cambiar su vida siempre y cuando: se anime a pensar lo que
quiere vivir, a expresar que experiencia ambiciona tener en su vida y no pone RESISTENCIA a VIVIRLA.
Este concepto en sí mismo
genera una nueva realidad. El punto es comprender que lo que a uno le sucede no
es por suerte, casualidad o el resultado de una maldición. El mundo externo es un reflejo de
los pensamientos del individuo que está
constantemente creando la realidad que vive.
Por Silvia Patrono
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